martes, 19 de enero de 2010

Lo que me desespera (y seguro a tí también)


Espero que lean todo el post, si no lo hacen lloraré como nena y volveré a dejar de escribir.

Estoy escuchando el Closer de Joy Division. Fue una mala elección para salir a correr. Tantos acordes menores y disonancias en la voz de Ian Curtis me hicieron sentir que había corrido toda la mañana cuando sólo le había dado una vuelta al circuito, además de hacer sudar mis oídos como caldo de cruda dominguera (o quizás eso fue por el gorrito de ladrón que me llevé para el ‘frío’).

Pero como no me gusta dejar las cosas a medias, heme aquí sentado con Twenty Four Hours, intentando recuperar el cariño de mi blog abandonado y escribir acerca de las cosas que me desesperan. Prometo ser breve, porque me desespera hablar de las cosas que me desesperan.


1.
Me desespera que dentro de tres días necesito escoger la especialidad en mi carrera, y cada minuto que pasa me siento más confundido.(Para los lectores fuera de contexto, estudio Ciencias de la Comunicación, y no por no saber qué otra cosa estudiar, como dicta el cliché universitario).
¿Producción Audiovisual? ¿Publicidad? Juro que si pudiera, tomaría ambas junto con Periodismo y Comunicación Política (la neta Comunicación Organizacional –que es algo así como comunicación corporativa, o lo que hacen en departamentos de comunicación social- siempre estuvo descartada) Desde el inicio de mi carrera quería entrarle a la Produción, pero ahora las materias de Publicidad están de coquetas. Si algún compañero, colega que esté ejerciendo, o público en general tiene una opinión o experiencia que compartir, le estaría infinitamente agradecido.


2. Me desespera que el Guadalajara siga con ese grosero logotipo (porque eso no es un ESCUDO) en el pecho, una de las peores heridas a la tradición albiroja.
Así mismo, la exclusión del último de los grandes guerreros que le quedaba al equipo es un capítulo amarguísimo para cualquier seguidor del Club. Los aficionados saben que estoy hablando de un hombre que lo dio todo, y que tuvo la dignidad de irse por la puerta grande, a pesar de que lo quisieron hacer salir por el patio trasero. Aquí les dejo el link de un sentido discurso que bien logra poner en letras cada pizca de frustración que nos ha inundado a más de uno: http://www.infinitagrandeza.com.mx/blog/?p=483 Ya casi no quedan futbolistas como el CAP11TÁN.
El equipo comenzó el año jugando bien, así que por lo pronto no pondré la otra cosa que me desespera con el Guadalajara. Espero de verdad que sigan jugando con esa intensidad =D




3. Me desespera que Twitter, Messenger y las moscas me distraigan tanto cuando estoy escribiendo en mi blog.


4. Me desespera que el país esté hundido en situaciones tan difíciles siendo manejadas por gente tan cínica como incompetente.
Y me desespera un poquito más lo que hay en ambas caras de esa moneda de diez pesos. Por un lado los mexicanos que bajo el simbolismo de haber terminado la primera década del siglo con el país envuelto en una severa crisis social, pretenden levantarse en armas y derrocar al ‘régimen’ a patadas voladoras. Por el otro lado, los mexicanos que ya han amoldado sus nalgas en el sofá mirando el Teletón o La Academia. Miran la vida pasar y creen que están bien así como están, sin exigir nada a los contenidos de los medios, sin exigir nada a los servidores públicos y SIN EXIGIRSE NADA A SÍ MISMOS.

No es que yo sea un mexicano ejemplar, pero sí considero que ambas clases de mexicanos están en lo incorrecto. Los primeros quieren generar una revolución en la que se perdería mucho más de lo que se ganase –como ya se experimentó hace 100 años-, mientras los segundos sigan en su letargo, los primeros no harán más que darle de craneazos (sí, con el cráneo) a la Muralla China. Tarea: la revolución del despertar intelectual. La labor comienza en las manos y las lenguas de los mexicanos que ya se dieron cuenta de que las injusticias no son pura cortesía de la vida. Abrir los ojos y despabilar a todos los que no se han dado cuenta (y también a los que no tienen la oportunidad de darse cuenta) de la gravedad de lo que sucede a su alrededor. Lo más importante: involucrarse con la vida y el acontecer político en todos los niveles. No es posible que alguien se atreva a quejarse del gobierno, y al mismo tiempo quiera deslindarse de mantenerse informado respecto a la agenda política nacional con la excusa de que ‘le aburre la política’ o porque ‘todos los políticos son iguales’

La verdad es que seguirán siendo así si juntos no alzamos la voz para evitarlo.





Bueno. Ahí están las cosas que me desesperan en este momento, quizá cada una requiera un post individual para ahondar a fondo en ellas. Si se me ocurren otras cosas desesperantes las posteo luego. Bienvenidas las señoritas críticas y los señores comentarios (sobre todo si son para echarme la mano con la decisión de la especialidad de mi carrera).